Hoy, en el Día del Periodista, no busco el ruido del aplauso. Sencillamente levanto mi voz con mesura, inteligencia y prudencia, porque creo que el periodismo no se mide en gritos, sino en la capacidad de iluminar con respeto y verdad.
Por Pepe Simancas Capa
El periodismo que elegí practicar es el que se construye desde la gente: el que recoge memorias, el que acompaña procesos, el que transforma lo pequeño en algo grande porque nace del corazón de la comunidad.
No soy de titulares amarrilistas, de velocidades que atropellan. Prefiero la pausa, el relato que se saborea, la historia que permanece. Porque estoy convencido de que informar también es cuidar: cuidar la palabra, la imagen y la confianza de quienes nos permiten entrar en su vida para contarla.
Hoy no celebro, conmemoro la memoria de quienes nos dejaron su legado, junto a mis colegas y a todos aquellos que creen en este oficio como una vocación de servicio y de crecimiento social.
Que este día nos recuerde que el periodismo verdadero no se trata de ser protagonistas ni influencers, sino de hacer ver lo que importa, desde la ciudadanía y para la ciudadanía.
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