
Por Pepe Simancas Capa – pepesimancasec.com
La frontera entre lo real y lo falso acaba de romperse.
En TikTok comenzaron a circular videos impecablemente producidos del magnate Warren Buffett recomendando criptomonedas y oportunidades “seguras” de inversión.
El problema:
Buffett nunca grabó esos videos.
Son deepfakes generados con inteligencia artificial.
La voz, idéntica.
Los gestos, precisos.
La mirada, tan creíble que asusta.
Y mientras millones observan y comparten, detrás del escenario alguien se enriquece con estafas que usan la imagen de un hombre que ni siquiera sabe que está “hablando”.
Expertos en ciberseguridad advirtieron que esta tendencia apenas comienza.
Hoy es Buffett.
Mañana puede ser cualquier líder mundial.
O peor: cualquier persona común usada para cometer un fraude.
Los deepfakes ya no son un truco de laboratorio.
Son armas digitales camufladas como contenido viral.
En un mundo donde la imagen ya no garantiza autenticidad, la responsabilidad recae sobre nosotros:
ver, pensar, verificar… y recién después creer.
El riesgo no está en la tecnología.
Está en lo fácil que nos dejamos engañar cuando algo parece real.
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